Los problemas de fijación en uniones roscadas sometidas a grandes esfuerzos dinámicos nos llevaron a desarrollar la tuerca autofrenada todo acero FS®. El cuerpo de la tuerca lleva montado un elemento de retención que incorpora un filete elástico y completo, con lo que es doblemente eficaz.
A diferencia de los productos disponibles hasta ahora en el mercado, la tuerca autofrenada todo acero FS® permite un uso universal. Gracias a su diseño patentado, cumple todos los requisitos para que la unión roscada sea segura: posibilidad de reutilización, resistencia térmica, protección de la contrarrosca y escasa disminución del par de autofrenado.
La tuerca autofrenada todo acero FS® puede utilizarse muchas veces sin que el par de autofrenado disminuya significativamente, y después de desenroscarse y enroscarse 15 veces supera con mucho los valores de la norma DIN EN ISO 2320.
Flaig + Hommel es mundialmente conocido por ser el fabricante de la tuerca autofrenada todo acero FS®, y desde hace muchos años colabora con empresas del sector automovilístico y ferroviario.
El elemento de seguridad actúa en sentido radial y axial, con lo que asegura un autofrenado uniforme de la tuerca en todo el perímetro (360°) de los filetes del tornillo. De este modo, la tuerca autofrenada todo acero FS® es doblemente segura.
El elemento elástico está tallado con un paso de rosca diferente pero normalizado, y no daña la contrarrosca.
El par de apriete de la tuerca autofrenada todo acero FS® aumenta en función del par de autofrenado ajustado. Por esta razón, el par de autofrenado de la tuerca autofrenada todo acero FS® se suma al par de apriete del otro elemento de unión.
Fiable incluso en uniones roscadas de gran complejidad, por ejemplo en turbocompresores, colectores de escape, catalizadores, engranajes sometidos a grandes esfuerzos, compresores y componentes de maquinaria sujetos a vibración.
Eficacia probada desde hace años, nuevas soluciones para uniones muy complejas.
Ventajas de montaje
Ventajas técnicas
El uso de tecnología avanzada en el tratamiento térmico da como resultado una resistencia a la corrosión mayor que la obtenida mediante galvanizado, sin el inconveniente de la fragilización causada por el hidrógeno.